Con gran éxito y una amplia convocatoria, se desarrolló ayer la primera edición de la Fiesta de los Ciruelos en Flor, organizada por la Municipalidad de Esquel, a través de las secretarías de Ambiente, Cultura, Producción y Turismo.
Esta nueva propuesta destacó el arte, la música, las producciones y artesanías locales con un marco sustentable y de cuidado ambiental.
Engalanada por una larga avenida y un río de flores rosas, la primera fiesta de los Ciruelos en Flor contó con casi 30 stands. En algunos puestos también se dictaron clases abiertas de artistas de diversas disciplinas, como pintores, ceramistas, mosaiquistas, literarios, expertos en grabado y escultura, quienes realizaron muestras de sus producciones, utilizando como motivo el ciruelo o su flor.
Por su parte los manualeros hicieron estampados de remeras, llaveros, indumentaria y accesorios, entre otros. Además, los productores locales ofrecieron exquisitos licores y dulces de ciruela.
Para darle un marco sustentable los stands de viveros brindaron clases prácticas sobre técnicas de poda y cuidado de ciruelos. Sumado a esto, la Secretaría de Ambiente informó sobre el cuidado del arbolado urbano y en particular sobre los ciruelos, recibiendo más de 100 solicitudes de plantación de árboles en veredas de vecinos.
Entre los presentes se sortearon y entregaron 28 ciruelos y más de 50 bolsas de compost junto a demostraciones de cómo realizarlo en casa. También se asesoró a los visitantes acerca de la gestión de residuos y recolección diferenciada; acción que estuvo acompañada por la entrega de folletería y bolsas de tela con la temática de la campaña “Generá menos, separá más”.
La música en vivo comenzó a partir de las 18 hs con artistas locales y de la zona con la presentación de Pehuen, Puentes Amarillos, Pájaro en llamas y Fuego Lento. Los foodtrucks ofrecieron cerveza artesanal de la localidad y platos típicos de la zona como capón, bondiola, empanadas, helados artesanales con frutos de la zona y minutas.
Tanta belleza merecía un festejo y así se hizo, sumado a la llegada de la primavera, el aire puro, el arte y la música.
Un Poco de Historia
Los primeros ciruelos ornamentales que llegaron a Esquel fueron introducidos desde el Alto Valle de Rio Negro desde el prestigioso productor Rosauer, por el viverista local René Eggman en las décadas del 60’ y 70’. Hoy existe una población de 1.500 ejemplares en toda la ciudad.
Bajo el nombre de Prunus cerasifera, la ciencia botánica clasifica esta especie originaria de Europa Oriental que al igual que el cerezo produce fruta, pero esta es una variedad ornamental no comestible.
Esquel posee un clima que favorece a la especie y esta se adaptó muy bien dando un marco espectacular a sus avenidas y paseos públicos.